¿Cuántos años llevas dedicado a la especialización de reconstrucción de accidentes?
La especialidad de Reconstrucción de Accidentes la adquirí en 1996. Por entonces, yo era perito en plantilla de Mapfre y la entidad me seleccionó para que me hiciera cargo de todas las cuestiones relativas a siniestros graves en Andalucía Occidental. Para ello, MAPFRE me envió a CESVIMAP (Centro de Experimentación para la Seguridad Vial de Mapfre), que es un gran centro de formación e investigación que dicha compañía tiene en Ávila. A partir de ahí me dedico a este apasionante campo.
¿Por qué decidiste dedicarte a esta rama?
Nada más que supe de la existencia de esta especialización quedé enamorado de ella. La peritación de daños materiales, que es la base del perito, llega un momento que se hace muy monótona y no te aporta ningún valor añadido. Yo sentí que tenía que dar un paso adelante, subir un peldaño importante en mi profesión. Me reuní con el responsable de peritos de la entidad y le dije abiertamente que quería dedicarme a la reconstrucción de accidentes. Cuando deseas algo con todas tus fuerzas se percibe en el brillo de tus ojos. Él, sin dudarlo, me inscribió en los cursos. Fue una formación increíble. Siempre le estaré agradecido a Mapfre por ello.
¿Cuál es tu función en la reconstrucción de accidentes como ITI?
Para el ITI, la reconstrucción de accidentes es una salida profesional apasionante. De hecho, desde nuestro Colegio se están impartiendo cursos a través de la plataforma on-line del COGITI para todos los colegiados de España. Este es un logro muy significativo de nuestro Colegio y es para sentirse orgulloso de la inmensa labor que está realizando el actual equipo directivo con nuestro Decano a la cabeza.
¿Qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?
Lo mejor de mi trabajo es cuando un juez dicta una sentencia y en ella hace elogios concretos a mi exposición y a mi trabajo. Esto no siempre sucede. Pero cuando ocurre, te da un chute de adrenalina bestial. Lo peor, sin duda, los dramas humanos que te ves obligado a conocer.
¿En qué casos estás trabajando actualmente?
Lo cierto es que tengo un curioso imán para los casos mediáticos. Intervine en el caso del accidente de Ortega Cano y actualmente estoy interviniendo es el caso del accidente de Castuera, en Badajoz, en el que que fallecieron cinco niños que viajaban en un autobús que impactó contra una retroescavadora. Otro asunto que será también mediático, aunque más en Madrid, es el del accidente que sufrió un futbolista de la cantera del Real Madrid, hijo del que fuera jugador y entrenador Marcos Alonso, que se llama de la misma forma. Actualmente milita en el equipo italiano de la Fiorentina. El accidente se produjo durante unas vacaciones del jugador, cuando jugaba cedido en Inglaterra. Vino a Madrid y sufrió un accidente en el casco urbano, que fue muy sonado en la capital, en el que falleció una chica que viajaba como ocupante. Y para seguir con los casos mediáticos, me acaban de contratar para intervenir en un accidente muy dramático que ha sucedido recientemente en Sevilla, en el que ha muerto una mujer de unos 40 años, que se encontraba en la acera con su marido y otra pareja, cuando un vehículo sin control invadió dicho acerado y los atropelló.
¿Qué vinculación tienes con el Colegio?
Por motivos profesionales conozco desde hace años a nuestro Decano, Domingo Villero. Tuve el placer de colaborar con él durante un período fantástico en la compañía Winterthur. Me une a él una gran amistad y un profundo respeto. Cuando supe que era el nuevo Decano del Colegio de Cádiz no lo dudé ni un instante. Hasta ese momento y desde el año 1993, yo pertenecía al Colegio de Sevilla. Pero conociendo el carácter emprendedor de Domingo sabía que iba a revolucionar el Colegio de Cádiz, como así ha sido. Los Colegios suelen ser, por lo general, lugares anquilosados, sin vida y sin embargo, el Colegio de Cádiz está significando un auténtico ciclón que va a provocar, espero, que los demás se pongan las pilas. Es un auténtico placer pertenecer al COPITI de Cádiz. Ello además me hace sentirme vinculado de una manera muy especial a una ciudad como Cádiz, que está en mi corazón.
